a la llama de una vela

Baila tu fragilidad
Fuego eterno
En penumbra observo
La majestuosidad de tu silencio
Acaricia la brisa tu cuerpo
Fundiendo a tu alma este momento
Resplandor de pequeño gran faro
Encausando al alma dentro del mar de la vida
No es más luz la necesaria para ver hacia dentro
Ni menos calma que el sutil vaivén de tu etéreo cuerpo.
De silencio tu palabra se susurra
Elevando al cielo tus secretos
Baila en aquella oscuridad que te cobija
Al velar por aquellas cosas que a otras luces yacen ocultas.

Publicado en 2006, POESÍA y etiquetado .

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