Cosa de Propósito

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Muchas veces hemos querido erradicar un hábito de nuestras vidas, cambiar nuestro comportamiento y/o actitud frente a ciertos acontecimientos que vemos se reiteran en nuestra experiencia.

Dejar nuestros excesos, nuestros vicios emocionales (celos, rabia, impotencia; consumo: cigarro, bebida, otros)
o sentirnos integrados, queridos, respetados por nuestros pares u otras opciones que determinamos en nuestra historia.

Y no será hasta que desarticulemos en su origen nuestra predisposición condicionada que podamos librarnos de verdad de lo que ya no nos es deseado.

«Lo que resistes persistes» versa una máxima
No podremos erradicar aquello que como habito externo hemos escogido inconscientemente para apoyar el propósito original que les concibe como parte de su realidad.
De acuerdo a nuestro propósito, tantas veces absolutamente inconsciente,
estos hábitos cumplen su parte, en desmedro de nuestro bienestar.

Es cosa de decisión.
Es cosa de propósito.

Medita en tus propósitos y desde ahí podrán ser desarticulados,
sólo si tienes el suficiente poder personal para hacerlo.
La Voluntad es cosa a ejercitar en correspondencia con nuestro propósito.

Escoge un propósito en donde reiterar esos viejos comportamientos ya no tiene ningún sentido.
Con tu objetivo claro, transita la senda de la impecabilidad.
Sabiendo hacia donde vas, sabrás los pasos a dar con claro discernimiento.

«— (Alicia) Minino de Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
— Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar — dijo el Gato.
— No me importa mucho el sitio… — dijo Alicia.
— Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes — dijo el Gato.»

Sin propósito, da igual por donde vayas. Todo se volverá un desatino sin fin.
Sólo con un propósito claro podrás guiar tu paso con atino.
Y con un propósito abstracto, no limitado a la pequeñez de las formas, podrás llevarte más allá de los límites concebidos por nuestra tan amable como temerosa realidad.
Mejor sería llevarte por los paisajes del Espíritu.

Con un propósito de vida poderoso podrás barrer con todos los excesos innecesarios para tu camino.

Podrías concebir realidades en donde la tristeza ya no tiene verdadero sentido.
Donde la inseguridad temerosa no pierde tu tiempo.
Donde la autocompasión ya no te engaña con sus sentimientos ni de inferioridad ni de superioridad.
Donde la Voluntad es la virtud que te pega a la Vida y que responde a tu férrea intención.

Procúrate propósito en donde tu Vida tome consciencia de su sagrada oportunidad y de acuerdo a esa visión,
todo tomara su justo lugar en tu realidad que podrás gustar o desechar con total desapego.

Amaestra tu propia realidad como la íntima predilección de tu amorosa consciencia.

Tu parte en el juego es sagrada… nadie la hará por ti.
Tu experiencia es la bendita concesión que el Misterio te ha concedido como la oportunidad de practicar la Vida.

El Propósito es tu trampa sagrada… atrapa tu intento, haz tu destino.

Inlak’ech Namaskar

Publicado en 2012, CONOCIMIENTO, REFLEXIONES.

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