Potencialidad Creativa: Conciencia Plenamente Humana

No todos debiesen seguir alguna línea determinada: ser o hacer esto o lo otro.
Dar las cosas por sentado abre la puerta ingenuamente al falso sentido del deber, y a la consecuente alienación de los individuos.

No debemos nada a nadie ni a nada.
Ni al mismísimo Dios, a quien contradiríamos cuando nos dotó de Libre Albedrío.

El falso sentido de deber viene aparejado con el falso juicio de moral. La culpa, el fracaso, lo malo, lo vergonzoso, el «no soy bueno», etc., son ilusiones recreadas por la ignorancia.

Así, por ejemplo, no todos debiesen tener hijos.
El imperativo biológico en nuestra condición animal
debiese estar supeditado al dominio de conciencia plenamente humano.
Mientras esto no suceda, serán los instintos quienes gobiernen.

Pero ahí va la humanidad reproduciéndose sin más, y si observan, esto sucede acentuadamente en condiciones sociales menos aventajadas, donde el acceso a la cultura y formación personal son cosas algo distante, como, y a razón de lo mismo, las bases para la posibilidad de desarrollar la Conciencia, respondiendo gran parte de la población a los instintos primitivos del animal humano.

Como dato agregado a esto mismo es que se observe un aumento de engendramiento en situaciones de conflicto y crisis, así lo atestiguan los indices en poblaciones en situación de guerra.
¿Esto por qué razón?

El animal humano, como agente biológico, trae en sí el «programa» de perpetuarse en el tiempo, y ante situaciones críticas, en donde se enfrenta a la noción instintiva de la posibilidad de peligrar la especie, el «programa» se activa con la consecuente conducta procreativa. Pero esto sucederá de manera bastante inconsciente, aunque a muchos cueste asumir que engendran sin previa consideración, más llevados por el impulso sexual. Ojo, ni mal ni bien, sólo hago constatación de hecho ¿de acuerdo?

Y vuelvo a reiterar.
No todos debiesen tener hijos.
Como no todos debiese ser políticos, artistas, clarividentes u otra posibilidad.
Pues bien, son todas siempre posibilidades de nuestro Potencial Creativo a escoger por libre deliberación personal, por lo que así como no debemos hacer nada, determinado por el común denominador, tampoco debiésemos privarnos de alguna posibilidad por la la misma razón de que el común denominador no lo haga.

Lo extraño es que la humanidad presente comportamientos tan homogéneos, aunque de lo extraño llegamos a lo evidente si se atiende la instrucción que recibe desde los primeros años de vida, que claramente son instrucciones para determinar la voluntad y orientación en el desarrollo de los individuos hacia un comportamiento de masa fácilmente administrable, coercitivo, pues a partir de relativamente pocas variables un grupo bastante amplio de población consigue hacer tareas utilitarias altamente insatisfactorias. Y luego el instinto de rechazo natural se hará presente con sus reacciones, pero sigue siendo esa una consecuencia con escasa amplitud de conciencia, determinada ante todo por mecanismos psicológicos básicos que se detonan en resguardo de la propia integridad, que podrá verse reflejado en un grupo amplio cuando todo aquel se vea inmerso en un contexto no deseable.

Pues bien, e hasta ahí el comportamiento que deriva de nuestra inteligencia primaria de orden instintivo.

¿Pero hay algo más?
Lo hay. Nuestros recursos son ilimitados, salvo que desde el juicio de nuestro naturaleza animal queramos determinar nuestro potencial, cosa que sólo será limitante de acuerdo al propio limite del dominio de esta naturaleza.

Hay lo que denominaré como Conciencia Plenamente Humana, que corresponde a la integridad de nuestros dominios de inteligencia y para lograr comprender esto, creo pertinente reconocer al menos cuatro niveles de nuestra naturaleza, cuatro dominios con sus propios recursos, denominados estos como cuerpos, los que son interdependientes los unos de los otros pero que además se presentan, según concibo mediante la propia experiencia, como una pirámide ascendente de orden evolutiva para acceder a mayor parte de ésta, nuestra Conciencia Plenamente Humana, o la Totalidad de Nosotros Mismos.

Estos cuatro cuerpos son: el Cuerpo Físico, el Cuerpo Emocional, el Cuerpo Mental y el Cuerpo Espiritual.


El Cuerpo Físico

Es la manifestación corpórea que toma nuestra naturaleza o esencia original espiritual.
Es lo evidente, vehículo para relacionarnos y conducirnos en esta dimensión de existencia tridimensional brindándonos los medios de relación sensorial conducidos a través de los neutro transmisores en los procesos de percepción. Somos seres perceptuales, pues desde ahí acrecentamos nuestra conciencia, el «darnos cuenta».
No somos el cuerpo, el cuerpo es nuestro durante este viaje entre las formas.
A su correspondencia, este vehículo precisa de energía para su actividad (alimento) y la calidad de esta energía (densa/sutil) determina en gran medida su capacidad y la posibilidad de adquirir mayor dominio en el siguiente cuerpo. Así, al individuo cuyo cuerpo presente grados de intoxicación, le será más difícil dominar sus emociones, las que serán gatillantes de su comportamiento corporal.
Dentro de los alimentos que le corresponden vamos de lo denso de la alimentación física, a la sutilización de estos a partir del oxígeno y Energía Primordial (conocida como prana o energía cósmica u orgona o ki o chi o quantum o Dios, entre otras denominaciones).


El Cuerpo Emocional

Corresponde a un plano inmanifiesto o sutil, perceptible en sus efectos tanto físicos (actitudes, comportamientos) como mentales (pensamientos, sentimientos).
Es la energía movilizadora (emoción, del latín emovere, poner en movimiento).
El grado de conciencia determinará la impulsividad o dominio, reacción o respuesta de la persona en su contexto de relaciones.
No somos las emociones, estas nos sirven como medio de reconocimiento de lo que nos es favorable y de nuestro gusto ante lo que nos es desfavorable o de disgusto, para decidir asertivamente nuestro bienEstar por sobre el malestar.
El dejarse llevar por las emociones – actitud reaccionaria – coarta la posibilidad de que sea la conciencia quien vele por la acción justa, la más adecuada para dar respuesta. Reacción y Respuesta se anteponen, siendo la primera de orden primitivo con respecto a la segunda.
Este cuerpo se alimenta de impresiones que pueden provenir desde el exterior (situaciones, relaciones, etc.) o el interior del individuo (pensamientos, sentimientos, recuerdos, etc.)


El Cuerpo Mental

En grado aún más sutil que el Cuerpo Emocional, está el Mental, que se corresponde con el plano de las ideas y opera como un mecanismo de control cuya función es la de organizar las variables INPUT, la información suministrada por los cuerpos inferiores, y por medio del discernimiento reflexivo evaluativo, determinar el comportamiento adecuado para cada situación, variando la efectividad de este proceso en concordancia con el desarrollo de la conciencia individual. Dentro de sus funciones también está el crear y desarrollar el inventario de conocimiento e información que será el bagaje para operar en situaciones específicas y altamente especializadas de acuerdo a su predilección, en el caso de haber desarrollado su conciencia claro está, que en caso contrario, sólo será servil a la domesticación instruccional que haya recibido por medio de la educación utilitaria a la que se ven sometidos los individuos en nuestra cultura.

«Quien controla tu mente controla tu tiempo»

— José Argüelles.

«Todo es Mente»
— Primer principio hermético

Dentro de este cuerpo tienen lugar dos órganos físicos de funciones mentales, a saber el cerebro y el Corazón, siendo este último el que presenta mayor capacidad neuronal y mayor potencia electromagnética cuyos efectos tienen impacto directo en nuestra realidad circundante, sólo por ser cada individuo una partícula dentro del gran organismo planetario en que participa la especie humana. Somos cuan células a este cuerpo planetario. Y podrá apreciarse que la mente opera mientras haya algo que resolver, resolución que el corazón celebra con la satisfacción consecuente o de otro modo será la mente la que siga reiterándose en sus problemáticas. Aprender a usar la mente como la herramienta que es, al igual que los otros cuerpos, elevará nuestra condición de Ser, procurándonos el estado de Paz que deriva de habitar nuestro corazón en calma, que es natural a nuestra presencia. No hacerlo es dejarnos someter por variables externas a nosotros, muchas de las cuales aprendemos con aprensión a sostener por medio de razones que evidencian el errado uso de la herramienta que se ha vuelto hacia nosotros mismos.

El alimento para este cuerpo también son las impresiones y el desarrollo que estas tengan en el foro interno del individuo, las que a su vez serán alimento para los cuerpos inferiores al movilizar desde el plano de las ideas la fuerza emotiva bajo dos vías potenciales, temor o amor, cuyas concomitantes se apreciarán en la mayor tensión o relajo del Cuerpo Físico.
De acuerdo a la calidad del alimento proveído, con tendencia a lo sutil por natural correspondencia, el cuerpo Mental podrá servir como el canal para abrir paso el Cuerpo Superior Espiritual y sintonizar su particular dimensión. Sigue tus inspiraciones (Inspirar = con el espíritu dentro)


El Cuerpo Espiritual

He aquí el cuarto cuerpo básico del Ser Humano, en cuya omisión generaliza podremos apreciar el desarraigo que la especie tiene con su naturaleza existencial.
Muchos son los factores que determinan la debilidad de este cuerpo en los individuos de nuestra cultura radicalmente enfocada hacia el plano material más denso, por lo que no es nada raro que tantos desconozcan, nieguen y rechacen la posibilidad de todo cuanto aluda a nuestra condición espiritual.
Bueno, la historia se ha encargado de crear impedimentos para interferir el conocimiento de nuestra verdad, puesto que, de concebir y restaurar nuestra integridad como individuos y como especie, la versión de nuestra realidad sería radicalmente distinta, para el bien de todos.

Religión, un concepto bastante cuestionado, con toda legitimidad por cierto si observamos la línea de acción que promovió una versión de ésta altamente contradictoria con sus principios al defender con muerte aquello que proclamaba totalmente lo contrato, Amor (Amor = sin muerte; sufijo mor = muerte. Derivaciones: mor-tuorio, mor-tem, mor-ada (lugar de muertos), etc.)

Religión deriva del termino religare (volver a ligar), concepto que antes que cualquier institucionalidad, viene a señalar la ejecución de una acción que permita volver a juntar, unir, integrar aquello que no lo está, pero que lo estuvo, puesto que se señala que lo volvemos a hacer (prefijo «re»).

Un prejuicio constante entre algunas ramas del cristianismo más lapidario («quien esté libre de pecado que lance la primera piedra», dijo Jesús el Cristo ante una lapidación), es que las expresiones de fe religiosa provenientes de oriente sólo han traído aberraciones a occidente ignorando que la cuna del Cristianismo fue el mismo oriente (así, como ejemplo, Yoga significa unión), y lo que ha llegado de este conocimiento hasta nuestros días desconoce su raíz (otra gran irreligiosidad en nuestra cultura), y es tan claro como que ostentan cualquier otra denominación, así observable en la «Santa Iglesia Apostólica y Romana», y al Cristo, bien clavado aún en una cruz. No quiero entrometerme demasiado en esto, mas me parece pertinente dar luces sobre la confusión de criterios que hemos heredado y que han permitido celebrar a este Hermano Mayor con la representación de su muerte en altares, cúpulas, santuarios, etc. etc. etc. con crucifijos, cuando lo que postuló es evidentemente opuesto a esta y otras tantas manifestaciones de estos cultos… ante todo dijo, Dios es Amor y que, por ser sus hijos, nos tratáramos como iguales.

Unión es el fundamento para concebir nuestra integridad, nuestro pleno potencial, nuestra Conciencia Plenamente Humana, la Totalidad de nosotros mismos.

Unión que se da en innumerables esferas, por no espantarnos con la posibilidad infinita, de nuestro desarrollo. Mas, tal unión no será consistente, puesto que de plano no logrará darse, si obviamos nuestros recursos individuales, la integración de los Cuatro Cuerpos.

La realidad física guarda cierta distancia con la realidad espiritual y esto no significa que se opongan, en principio, ni mucho menos que una valga más que otras que sería un juicio bastante «normal» para el modelo de pensamiento occidental en donde el sentido de competencia suele evaluar interesadamente de este modo la realidad. Sólo quiero decir que ambas pertenecen a dos naturalezas distintas pero complementarias que presentan cierta oposición desvinculante cuando la tendencia fortalece esta desunión al someter nuestros cuerpos a hábitos que promueven tales efectos, directamente por la escasa disciplina en nuestra alimentación, luego por el desconocimiento de prácticas que nos favorezcan.

El extremo de esta realidad es tal que difícilmente los individuos logran ampliar su condición a su pleno potencial. Y lo más duro de esto es que, difícilmente nuestra naturaleza Espíritu podrá posarse en un cuerpo que no haya sido templado con disciplina, y preparado para reunir la dimensión física y la espiritual en un solo cuerpo.

Visto desde el otro lado – las tras bambalinas de la existencia – al Espíritu le es igual de complejo integrar lo físico en sí, pero lo logra y, bueno, aquí estamos. Luego el Cuerpo Físico intenta hacer lo mismo, con menor o mayor conciencia de esto, aunque las penurias y la inspiración señalan que algo nos falta y que hay un camino para conseguirlo… o mejor dicho, recordarlo. Recordar que somos, antes que todo, de naturaleza espiritual, experimentando la dimensión física de la existencia, y en este recuerdo paulatino, ir despertando el espíritu en la carne, integrando aspectos de nuestra naturaleza sutil para elevar la realidad física hacia la comunión de estos aspectos duales que son en sí nuestra naturaleza total.

Que esta palabra sirva de alimento, es mi intención y propósito.
Vamos en son de Paz

Publicado en 2013, CONOCIMIENTO, HERMETISMO, MENTE, PAZ, REFLEXIONES, Soluno y etiquetado .

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