conciencia de Amor

El miedo, en su impulsividad por la sobrevivencia,
suele ir describiendo la realidad
etiquetando esto y aquello
con criterios, con juicios de distinción
en favor de la diferenciación que le consigna a la individualidad
el valor de reconocimiento a partir de la comparación con lo demás.

Cuando se adelanta un «tú eres esto» y/o «eso es aquello»
se acusa el sentido de identificación que hace del sujeto ser algo,
distinto a lo denunciado como otro y distinto.

El Amor es integrativo
y puede prescindir de las etiquetas distintivas
en favor del reconocimiento holístico de la individualidad
como Ser integrado a un organismo – otrora llamado sistema –
de mayores dimensiones y que le completa.

La mente va dando palos de ciego,
muchas veces reconociéndo en donde topa
un falaz referente de comprensión,
hasta el extremo del juicio valórico discriminatorio
y auto castrante al separarse e ignorar la totalidad que Es
con el apego que limita el desarrollo de la experiencia de conciencia.

Nuestra Conciencia más plena
nos devolverá la libertad
de pertenecer a la Vida en toda su magnitud y misterio.

Recordamos nuestra Esencia,
su natural y justa correspondencia.

No somos de ningún artificio mundano al que nos hemos acomodado.
– Ser dista de todo parecer –
Y por muy brillante que parezca,
la naturaleza, ahí salvaje y desnuda,
es todo lo que necesita nuestra presencia
para cohabitar con la infinitud de presencias
este gran viaje existencial conducido en el tiempo.

El miedo necesita puntos de apoyo, necesita guías para reconocerse
y está bien por lo que sea necesario,
que al igual que en empinada escalera,
mientras sirvan en subir la cuesta, bienvenidas las barandas,
pero no identificarse tanto, apegarse, que luego te mantengan cuan muletas.

El miedo suele apegarse por su compulsiva identificación.
Yo soy esto, tu eres esto, esto es mío,
… el ilusorio sentido de propiedad, el querer y el amor propio.

El Amor libera y en ello integra con confianza la realidad que le circunda,
la comprende como justa y respeta su participación.
La conciencia de Amor va concediendo tales facultades.
Surgen espejos al rededor, y en donde antes había un otro, ahora hay un otro yo.
Y el Amor se vuelve nuestro y aprendemos del Maestro más cercano,
el amor a sí mismo.

Soy en la vida… mucho menos que la ínfima parte de un suspiro de la divinidad
mas honro cada respirar por la oportunidad sagrada
que nos ha concedido habitar los paisajes del misterio

Juntos Somos Todos
Somos la Totalidad
la común-unidad existencial eterna

Publicado en 2013, CONOCIMIENTO, REFLEXIONES, Soluno y etiquetado .

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *