Trazo en un bostezo el cielo
Con decoro lo recorro y lo decoro
De ángeles y fantasías misceláneas
Y de nubes que solapan todo aquello.

Abrazo el aire fuertemente
Reparando en el sentir cual es mi cuerpo
De chico, poco aire tengo
De arrogante, harto aire adeudo.

Desencanto tras el fraude de tal magia
Que descubre con sus luces y artificios
Caen todos a los pies rendidos, desdichados
Que olvidaron que la magia se hace en nuestras manos.

Tanteo el fantasmal boceto de mi cuerpo
Proveyendo de acogida a la presencia
Que camina entre bostezos el invierno
Previendo el despertar en primavera.

Predispongo de otra cosa, abrazo la conciencia.
Me hecho a correr, tropiezo en oscuras formas.
Tentando al destino, me hecho a correr otra vez.

Esquivo la normalidad, despejo mi vista de su oscuridad
Me permito ver más allá de las sombras, y aún más allá,
En donde la polilla no podrá roer y se habrá de quemar.

Despliego mis artes, entrego mi fortaleza al hacer
Expongo aquello que ha aprendido a evitarse.
Lleno de sangre mis ansias, le agito para que se dejen ver.
El corazón en la cancha, jugándose en sí la vida

Entregándose como debe de ser, sin temor a perder
Que ya habrá perdido si no lo intenta…
… una y otra vez, como debe de ser.

Cuando de repente creo ver que se dibuja tu sonrisa
Batiendo en tu saludo el amor iluminado
Tu rostro sin distancias,
sin la de ahora extrema e infinita distancia.

Qué hay en mi que comete la torpeza de así verte
Cuando hay mucha decepción en la Verdad.
En la confrontada dualidad del sentimiento
Que ha dejado un gran abismo entre nuestro pasado y mi presente.

Una ventana queda abierta en donde suele dibujarse tu sonrisa
Una entrada ilusa, enmarcada de lo que no entiende razón.
Un corazón sellado por la pasión, su convicción.
En fin, lejos vamos a perdernos en la vida,
A esta vuelta de esquina, nuestras presencias, dándose las espaldas, partirán.

Que se alzan en vuelo al anochecer
… luego duermen
En el íntimo deseo de volverles a ver.
No preguntes…
Al fin se acaban por desvanecer
En lo efímero de su vuelo
En lo profundo e inconsciente de nuestro ser
… son sólo sueños.