Sueños…

Que se alzan en vuelo al anochecer
… luego duermen
En el íntimo deseo de volverles a ver.
No preguntes…
Al fin se acaban por desvanecer
En lo efímero de su vuelo
En lo profundo e inconsciente de nuestro ser
… son sólo sueños.

he de esperar

He de esperar que no se ahoguen los sueños… tan temprano
He de esperar que no se eclipse mi razón
He de esperar que pronto seamos muchos, que no en vano,
De esperar se haya hecho fuerte el corazón.

Cada palabra esgrime un deseo
En cada verso se teje alguna buena intención
Y se hace canto el sentimiento que, de estrecho,
Se apresura por encontrar libertad en esta voz.

nuevo vuelo

Cuánto tiempo, cuántas pausas
La nostalgia luego invade las palabras.
Evitando estrellarme contra el suelo
Poco a poco me alzo en nuevo vuelo.

No soy Sol, quiero serlo
Entre todo, quiero conocer lo bueno.
Tomar mi parte, repartirla
Fracturar cualquier intento de rutina.

Desconozco la distancia.
Elevo anclas y desvanezco la importancia.
De prudencia, seguridad, prosperidad,
Dejo todo y retomo el encantarme.

Apetezco de mi soledad tan sólo un poco.
Vuelvo a buscar en mis valijas desdeñadas.
El camino exige reevaluar la ruta
Se ha extravió ya la huella entre murallas olvidadas.

… respiro profundo

Antes de la palabra me permito sentir lo que sucede alrededor del pensamiento sincero.
Espanto algunos miedos
Desato todo lo cuerdo
Libero la intuición para que se apodere por completo de mi habitación.

Desde lejos, en lo profundo, reverberan viejos ecos
Perdidos en lo inconexo, errantes en su confusión
El sonido se vuelve espeso de versos mal entonados
Proclamas desbaratadas en nefasta desesperación.

Luego persiste el silencio entre la ajena mirada.
Dentro de casa no hay nada, afuera hay algo de sol.
Dentro del pellejo de hombre tirita la incertidumbre
Despierta la entumecida conciencia pa’ levantarse en voz.

Se estremece la dentadura
La boca esculpe palabras
El sentimiento es el que habla
Jugándose su convicción

Carente de toda culpa,
Transporta el viento en sus alas el habla del corazón,
Entre enjutos versillos se defiende la elocuencia
Del abismo de la razón

Contaba el sentimiento
Que a un tiempo fue despojado
De sobrevenir lo infundado
Extraviose sin consolación.

Y de aparente apatía
Se han acercado los días
Que, entre dolor y tristeza,
Germine frondoso el Amor.

Muy cierto es que las caídas
Alientan la letanía
Pero la vida tenía
Otra sorpresa mejor.

El canto no ha de callarse
El verso no habrá de agotarse
El tiempo no hará tal de hartarse
De lo que nos depara el Amor.