piÛ!

el peón contemporáneo
hoy olvida su condición
bajo títulos profesionales
los que antes nobiliarios

olvida en sus distracciones
el saqueo del conquistador tirano
de las riquezas naturales
sigue el oro en la cabeza
coronando con el peso del error

adelante va la fuerza
y su violenta represión
muy atrás,
en tronos a la altura de su enajenación,
el conquistador y sus mandatos

la historia se atropella
en su ciega reiteración
y la astuta rueda se ha acomodado
en su disfraz de sofisticación
.
¿cuántas caras tiene el diablo?
¿cuántas caras el dolor y el Amor?
con qué cara le hablaremos
a nuestra descendencia
cuando no hemos aprendido de la vida su valor

desvirtuados (sin virtud) en la ignorancia
del suelo que nos da cobijo
presos al carecer de su natural abundancia
ahora ansiosos por poseer lo que nos posee

el tiempo corre sin prisa
brindando su amable oportunidad
el miedoso se cuestiona la vida después de la muerte
el atento celebra la Vida
y respeta al tiempo
lo que luego viene

elevamos la visión
habitamos el Paraíso
latirá siempre fuerte su pulso
incluso dentro de las abarrotadas ciudades
latente debajo del cemento
palpita el recuerdo en nuestro corazón

viendo lo privilegiados,
no callo de contarnos
del recuerdo corazonado
que entre los caminos de la dualidad
hay aventura por el camino de el medio

celebro al liberar lo que nos libera
entono los cantos que nos vuelvan a enCantar
Somos los que estábamos esperando
conJugamos nuestra voluntad
en un Sueño mayor

bienDigo nuestros pasos en esta danza sagrada
Juntos Somos Todos
.
∴ Paz, Amor y Realización a todos los Seres

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«Sólo la idea de la Muerte da al ser humano el desapego suficiente para ser capaz de no abandonarse a nada. Un ser humano así sabe que su Muerte lo está acechando y que no le dará tiempo para aferrarse a nada. Así que prueba, sin ansias, todo de todo.»
— Don Juan Matus, Sabiduría Tolteca

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piÛ!

«—¿Diría usted, don Juan, que la muerte es el único enemigo real que tenemos? —le pregunté, un momento después.
—No —dijo con convicción—. La muerte no es un enemigo, aunque así lo parezca. La muerte no es nuestra destructora, aunque así lo pensemos.
—¿Qué es, entonces? —pregunté.
—Los brujos dicen que la muerte es nuestro único adversario que vale la pena —respondió—. La muerte es quien nos reta y nosotros nacemos para aceptar ese reto, seamos hombres comunes y corrientes o brujos. Los brujos lo saben; los hombres comunes y corrientes no.
—Si alguien me lo preguntara, yo diría que la vida es un reto, don Juan, no la muerte —dije.
—Como nadie te lo va a preguntar sería mejor que ni lo dijeras —replicó y soltó una carcajada—. La vida es el proceso mediante el cual la muerte nos desafía —agrego en un tono más serio—. La muerte es la fuerza activa. La vida es sólo el medio, el ruedo, y en ese ruedo hay únicamente dos contrincantes a la vez: la muerte y uno mismo.
—Yo diría, don Juan, que nosotros los seres humanos somos los retadores —argüí.
—De ningún modo —replicó—. Nosotros somos seres pasivos. Piénsalo. Si nos movemos es debido a la presión de la muerte. La muerte marca el paso a nuestras acciones y sentimientos y nos empuja sin misericordia hasta que nos derrota y gana la contienda. O hasta que nosotros superamos todas las imposibilidades y derrotamos a la muerte.
«Los brujos hacen eso; derrotan a la muerte y ésta reconoce su derrota dejándolos en libertad, para nunca retarlos más.
—¿Significa esto que los brujos se vuelven inmortales? —pregunté.
—No. No significa eso —respondió—. La muerte deja de retarlos, eso es todo.
—Pero, ¿qué quiere decir eso, don Juan? —pregunté.
—Quiere decir que el pensamiento ha dado un salto mortal a lo inconcebible —dijo.»
.
— «El Conocimiento Silencioso», diálogo entre Carlos Castaneda y Don Juan Matus.

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piÛ!

El rapto de la inocencia
la atención tomada
y enajenada de los paisajes que le alimentan.
.
La naturaleza reemplazada
por los artificios del orgullo tecnológico
que habitúa la percepción
a criarse entre pantallas
mientras poco y nada
saben, los así cautivos,
de su legitimo dominio
sus vitales correspondencias.
.
«Dime con quién andas y te diré quién eres.»
.
Gen·te
aún la vida palpita Su potencial
por revelar el gen
que nos ha traído
a pasear entre las formas,
pues Espíritu somos
olvidado por la persistencia de la materia
y la crianza tendenciosa
entre sus enajenadas ideas.
.
Espíritu somos
como que nos anima
lo inasible de nuestras experiencias
aún cuando se les confunda
con lo anecdótico
de la escenografía dispuesta.
.
Espíritus conjugando la vida
para animar osar su profunda verdad
y trascender las fijezas
con que se ha ido a acomodar
la ignorancia perpetuada
sembrada por el temor y el dolor
que subraya el desequilibrio
de nuestro sentido de sobrevivencia
evadiendo
el poder de nuestra inteligencia superior
que es A·mor
capaz de velar
creativa y generosamente
por nuestra trascendencia.
.
¿De verdad
nos hemos creído
las humanas inclemencias?
¿Las caprichosas mañas
y sus artificiosas
apariencias?
.
Seamos merecedores
de la dicha legada a la incocencia
que en la pureza de sentido
sabe jugar la realidad
en amplitudes insospechadas
para la obediente pre·historia
del libreto que retiene
a la incauta conciencia.
.
Mientras
los a·puros del te·mor
sigue distrayendo la presencia
lo puro el A·mor
nos empalma
con la certeza de Ser
Plena Presencia
hasta la Esencia.
.
∴ Paz, Amor y Realización a todos los Seres
.
› Arte por @soluno.cantautor

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