bienDecir

bienDecir

Adiestra la palabra;
cuida el Verbo,
decreta tu deseo,
intenciona tu querer.

Empodera tu voz en el viento.
Cuéntales el Amor que deseas;
di la armonía,
canta las bellezas.
Señala amorosaMENTE la huella.

Aprende del Silencio, la Paz.
Amor Osar Mente

las 5 emociones naturales

estrella


La aflicción es una emoción natural.

Es esa parte de ti que te permite despedirte cuando no deseas decir adiós; expresar (expulsar, sacar) la tristeza dentro de ti debido a la experiencia de cualquier clase de pérdida. Puede ser la pérdida de un ser amado o la pérdida de un lente de contacto.

Cuando se te permite expresar tu aflicción, te liberas de ésta.
A los niños que se les permite estar tristes cuando se sienten tristes se sienten muy sanos respecto a la tristeza cuando son adultos y, por lo tanto, generalmente pasan por ese período de tristeza con mucha rapidez.
A los niños que les dicen «No llores», se les dificulta llorar cuando son adultos. Después de todo, durante toda su vida les han dicho que no lloren. Por lo tanto, reprimen su aflicción.

La aflicción que se reprime en forma continua se convierte en depresión crónica; una emoción muy poco natural.

Las personas han matado debido a la depresión crónica; se han iniciado guerras y han caído naciones.

… continuar lectura…

Un niño

niño dibujando

Una vez el pequeño niño fue a la escuela.

El era bien pequeño y la escuela era bien grande, pero cuando el niño vio que podía ir a su clase caminando directamente de la puerta de afuera,  se sintió feliz y la escuela no le pareció tan grande así.

Una mañana, cuando hacía poco que él estaba en la escuela, la maestra dijo:
-Hoy vamos a hacer un dibujo.
-Qué bueno – pensó el niño. A él le gustaba mucho dibujar.
Él podía hacer todas las cosas: leones y tigres, gallinas y vacas, trenes y barcos…
Y tomó su caja de lápices y comenzó a dibujar.

… continuar lectura…

}i{

buda

«No creáis en nada simplemente porque lo diga la tradición, ni siquiera aunque muchas generaciones de personas nacidas en muchos lugares hayan creído en ello durante muchos siglos. No creáis en nada por el simple hecho de que muchos lo crean o finjan que lo creen. No creáis en nada sólo porque así lo hayan creído los sabios en otras épocas. No creáis en lo que vuestra propia imaginación os propone cayendo en la trampa de pensar que Dios os inspira. No creáis en lo que dicen las Sagradas Escrituras sólo porque ellas lo digan. No creáis a los sacerdotes ni a ningún otro ser humano. Creed únicamente en lo que vosotros mismos habéis experimentado, verificado y aceptado después de someterlo al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia».

Buda