El Todo era en su Tiempo Solar, SolEdad
y por compartirse se hizo hijo al Hombre,
e instruyéndole con la Verdad
se le invitó a participar con su armonía.

De un origen común, la Tribu Humana, la familia planetaria,
pazcientes cultores de sus raíces,
herederos de la Sabiduría de la Vida,
la compartían en todo el esplendor de su manifestación.

Cuando fue quien, en total libertad y derecho,
mas sin comprensión Mayor,
se arrogó el poder de crear su propio mundo a la distancia,
por precoz, sin saber de las raíces, ignorante caminó en su arrebato.

El nuevo hombre se desligó de la Fuente
olvidando en ello su origen
y defendiendo a muerte su error
desafía al tiempo, en el olvido de sus Hermanos y del Amor.

Los sabios guardianes del origen común
velan por trascender el orden original armónico
que se corresponde con la naturaleza de la Totalidad
para que sea siempre reconocida para bien de Todos.

Las expectativas hacen del Ser un buen espectador, y sólo eso.
Y el «Ser bueno» peca de amistarse con lo correcto que es tan sólo una medida de juicio que impone el medio, el miedo.

Soltar las expectativas nos conduce directo al flujo continuo de la realidad Presente, lo que Es, para en eso fluir y ya no ser espectador y si protagonista. Y en lo que Es, permitirse Ser.

¿Acaso no es frecuente que las expectativas sólo se correspondan con la insatisfacción de no verles cumplidas?

La mente sin control proyecta continuamente la ilusión alimentada desde sus apegos, sus dolores, sus frustraciones, el Ego.
La mente al servicio del corazón, proyecta sus sueños y se corresponde con ellos, es fiel reflejo del Alma.

La mente descontrolada quiere controlar y quiere que todo sea cuan ella dice, es caprichosa.
El corazón, si bien también quiere, sabe recibir contenidos más allá de las formas y en eso hallar satisfacción en donde el ojo no puede ver ni medir.

Soltar el pasado, la historia personal que acarreamos cuan pesada valija cargando los deseos que tienen raíz en las frustraciones pasadas.

Elevar el sueño limpiando la visión para atender a la Verdad tras las apariencias, al contenido portado por las formas.

Todo está pasando Ahora, y de echo, ya es pasado.

Todo está pasando Ahora y no hay que hacer nada para que así suceda.

Se testigo de ello…. detente, respira profundo, cálmate, observa cuanto acontece, pon atención a cuanto se propone y luego, si te resuena, participa.

Permite que la Conciencia hable por su vocera la Intuición y te haga un participe armónico de la realidad y no un neurótico hacedor que ignora cuanto es lo que deshacen sus actos.

La ronda está jugándose. La danza se baila. El canto se alza. La quietud nos mueve hacia la Paz que está siempre dentro en su palacio de cristal en donde el Silencio ordena hacia adentro y es señor en su templo.

Todo está sucediendo y no hay que hacer nada para que así sea.

La invitación es a participar con el corazón abierto, a ser guiados por Él para dar pasos con la Paz de disfrutar cada momento.

Somos los de siempre y Somos bienvenidos

Es enfermo sistematizar la instrucción para instrumentalizar a los Seres.
Conocer es un acto de inmenso Amor.
Mostrar inquietud por el infinito misterio que nos rodea,
siendo condición natural nuestra curiosidad para mantenernos en el juego.

Cada corazón reconoce cuando su palpito le confirma la buena experiencia,
que indefectiblemente le procura conocimiento.

Conocer es un acto de humildad; es integrarse, es participar atentamente,
con gusto, en disfrute, por Amor, sin pretensiones mezquinas.

Comprender es armonizarse con la Verdad.
El conocimiento vence la ignorancia, aunque el ignorante no se quiera convencer.

El Amor es el método del verdadero conocimiento.
Es un relacionarse libreMENTE  con la experiencia presente.

Conocer es el empoderarse de la oportunidad de Vivir el momento presente por el gozo de sentirse vivo en conciencia de que la existencia es nuestra aventura en el insondable  misterio en el que participamos desde nuestra exquisita capacidad perceptora.