Comparto las bella manifestación de este rezo que mi amiga, aldeana de la Paz, Karinilla publicó en su espacio
Las Volás de Karinilla
Siento la tierra en mis dedos, tengo la brisa del aire impregnada en la cara, el fuego del sol está iluminando mi templo, tengo una flor abierta al vapor de la lluvia, recibo cada neblina y cada tormenta, tengo una sonrisa en los labios y en mis pístilos internos, florece mi ser como la primavera más viva de mi encarnación en este cuerpo, sagrado espacio, que va perdiendo el rechazo al abrazo, que va rompiendo sus limitaciones, que va encontrando el espacio donde todo es efímero y al mismo tiempo eterno.
Quiero agradecer a la vida porque todo cae en su cauce perfecto, le encuentro sentido al caos acelerado, y estoy ascendiendo, en una sincronía precisa y mágica, vivo interiormente el mismo proceso que el planeta, siento en mi corazón un golpeteo maravilloso, estoy limpia, estoy llena de luz cuando cierro los ojos y también cuando los abro, estoy elevando mi ser, encontrando los escenarios que mi verdadera esencia merece para crecer y desarrollarse.
Y estoy avanzando, integrándome a un comando de seres de luz, de una humanidad maravillosa, espiritual, cálida, llena de amor, empapada de los mismos anhelos míos, son tan parte de mi ser que ya no estoy loca, ya no veo cosas que no existen, encuentro la comprensión, soy parte del batallón del arcoiris, limpiando nuestras auras, purificando el alma en su grado infinito, integrada e íntegra, sintiendo cada día que mi misión con el mundo se encamina perfecto, abrazadita a la tierra, amado cosmos, entregados a la lucha paradójicamente pacífica, sublime, sutil, luminosa, vivientes en el momento preciso para impulsar el renacimiento de la humanidad.
Sin miedo a la exageración, sin temor a ser quien soy, estoy encontrando personas tan lindas por dentro y por fuera, rebosantes de risa, de vibra, de pálpitos y pulsaciones, estoy en el cauce en que elevo mi ser, y todas las sustancias externas, todo lo que alteraba mi conciencia sin ser saludable va quedando atrás, y la meditación en mente natural ingresa y evoluciona en mi alma, bendice mi caminata haciendo que cada paso que doy sea puro agradecimiento, pura gracia, pura danza, mis latidos bailan por dentro y por fuera, tengo los pálpitos convertidos en un zapateo contento, a pies descalzos.
Sanación, tengo colores en los ojos, hay arcoiris en cada una de mis visiones, tengo fuerza, tengo esperanza, mis pupilas fluyen como río al infinito, y su torrente es nítido, blanco, azul como lo inalcanzable, verde como lo palpable, tan real como mis dedos, tan puro, tan indefinible como mi anclaje al océano, soy una persona nueva y a la vez muy antigua, reconozco y acepto todo lo que he vivido, mis inumerables y locas experiencias, cada caída, cada arrebato, todo encuentra sentido a mis 21 años, cuando mis pisadas se vuelven poco a poco muy ligeras, muy livianas, muy felices, soy agua, soy fuego, soy aire, soy luz.
El ego se transforma en amor, lo propio avanza a lo universal, canal abierto, desenbocado, desbordado, no hay más que callar, hay mucho que decir con los labios cerrados, creo en mi mente, creo en mi alma, en mi cuerpo, en mi espíritu, avanzo, evoluciono, ya no soy mi propio enemigo, ya nada entorpece el aquí y el ahora, radiante, sin bulla, silencio perfecto, pura melodía, tengo el cerebro descansado y despierto, clarito como rostro reflejándose en su centro.
Y agradesco profundo y de adentro, porque estoy viva, porque siento, porque amo, y ese sentimiento, supera el pronunciamiento, rompo esquemas, no estoy sola, vamos juntos, por difícil que parezca, nada es demasiado complejo cuando en el preciso momento, todo se pulsa desde el corazón, y vuela, vuela humanidad tan alto como tu potencial quiere, no te pierdas de nuevo que la verdad no es rígida y el ser se transforma, y cuando todo es renacido, percibo lo que he sido, soy galaxia, soy cosmos, soy estrellas.
Una fracción del cielo vibrando intensa, pura paz, pura armonía, encuentro maravilloso con las otras partes de mi alma, sincronía, recuperando el don de la palabra en el sonido, bendita vida que pone en mi ruta a las personas exactas, no temo a cantar hermandad, ni a gritar familia, ni a rebosar libertad, amor universal, alpha y omega en mi sendero, asombrosamente afuera y adentro, encontrado, con paciencia, cauteloso, sé a donde vamos y sé de donde vengo.
Y hoy ya nada detiende mi cauce, cuanta emoción, cuantos latidos, doy gracias, doy gracias, doy gracias, hasta que se agote el lapiz y no me quede más lienzo, tengo un espacio eterno dentro para pintar mil figuras, y va fluyendo hacia fuera, tengo luz para llenar de colores las murallas del mundo, para derribarlas, para unificarme conmigo y con los otros, un todo, uno con el universo, hoy y para siempre.
Siempre.
¡Ah Yum Hunab Ku Evam Maya E Ma Ho!