Cuántas historias es preciso que la humanidad escuche
para volver a creer en la Libertad.
Para volver a crear su posibilidad.
Desde ya, desmentir que sea Libertad
aquella que cobra por sus privilegios.
Que no se Es…
cuando se han olvidado las raíces sobre las que se yergue la Vida con sus frutos de abundancia.
Es tiempo de recordar la historia de nuestros ancestros.
El relato de aquellos que,
aventurados en la sencillez,
lograron la grandeza de armonizar con la naturaleza salvaje del Misterio..
La tierra es fértil en su versión.
Las aguas guardan la memoria de la vida.
El viento inspira a toda Alma.
El fuego vuelve a compartir la luz ardiente de nuestro Espíritu.
Este furtivo episodio de pillarnos,
compartidos en eta trama a la que pertenecemos,
conJugando nuestros dones
para recordar la sustancia primordial que nutre nuestras carnes,
que anima, de lo sagrado, toda presencia
en sus fugaces apariencias.
Que vuelva a celebrar a sus anchas
la Libertad en cada pulso de nuestros corazones
para devolvernos a la Vida en su pletórico y salvaje Misterio.
Que se apacigüe nuestro aliento
al diluir las ilusas ansias que se han criado en tanto miedo.
Brilla el sol y seguirá brillando,
derrochándose mientras desconozcamos
la concesión que nos hace
al dotarnos del tiempo.
Sea nuestra mirada clara,
nuestra mente cAlma
y nuestra piel sensible al Presente comunicado,
que nos mantiene reUnidos,
a todos juntos y no por nada,
sobre una misma tierra
rebosante de su fecunda Vida,
con materna paciencia,
conduciendo al cachorro humano al reencuentro con el potencial
de ser digno pasajero del instante
en que se es habitante-de-la-tierra
—mapuche —
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