Me enseñaron a rezar,
cuan un dedicado orfebre fuese,
al reunir cada destello de brillo de mi Alma
como las cuentas del más bello collar
con el que pueda honrar
la consciencia despierta
al ofrendar atenta presencia.
Así recapitular
cada momento del día
destilar la belleza de todo instante,
lustrar la opacidad
que desafía ser claridad,
y así encumbrar,
grado en grado,
en el altar del tiempo,
los gestos del espíritu
para, a voluntad,
nutrir el vínculo
con Su totalidad,
Su Libertad.
Para ir atentos,
con lo esencial tras las formas,
el destello de nuestra sensibilidad
suma y rezuma
dotándonos del valor
que Es y siempre ha sido,
aunque se haya interpuesto el olvido
la doctrina de ser algo distinto
a lo que es natural y divino.
Nuestras corazonadas no mienten,
y si
el relato
que antepone ilusión
a la Pura Visión
de nuestro Rostro Propio
y Corazón Verdadero.
.
∴ Paz, Amor y Realización a todos los Seres
