La Recapitulación

Al revisar mis notas, descubrí que otro de los temas a los que Carlos se refirió con más insistencia en sus pláticas fue a la recapitulación. Afirmó que ese es el ejercicio al que los brujos dedican la mayor parte de su tiempo. En una ocasión comentó que, a pesar del drenaje energético al que la interacción social nos expone, todos tenemos una opción, pues la característica sellada de nuestra constitución luminosa nos permite recomenzar desde cero a cada momento para recuperar nuestra totalidad. «Nunca es tarde -afirmó-. Mientras estamos vivos, siempre hay un modo de vencer cualquier tipo de bloqueo. La mejor manera de recuperar las fibras luminosas que hemos disipado es llamando de regreso a nuestra energía. La parte más importante es dar el primer paso. Para quienes están interesados en el ahorro y recuperación de su energía, el único camino abierto es la recapitulación.» «Un brujo sabe que si no vamos por nuestros fantasmas, ellos vienen por nosotros. Por eso no deja pendientes. Recuenta su pasado, busca la coyuntura mágica -el momento exacto donde se involucró con los destinos de la gente-, aplica toda su concentración a ese punto y desanuda los lazos del intento.» «Los brujos dicen que llevamos nuestra existencia a la distancia de un recuerdo. Pasamos la vida enganchados, dolidos por algo que ocurrió hace treinta años y cargando un fardo que ya no tiene sentido. ‘¡No lo perdono!’, gritamos, pero no es cierto, ¡no nos perdonamos a nosotros mismos!.» «Los compromisos emocionales que contraemos con la gente son como inversiones que hemos hechos a lo largo del camino. ¡Hay que ser muy necios para dejar tirado nuestro patrimonio por ahí!.» «La única forma en que podemos volver a estar completos es recogiendo esa inversión, reconciliándonos con nuestra energía y disipando la carga de los sentimientos. El mejor método que han descubierto los brujos para ello, es rememorar los sucesos de nuestra historia personal hasta su completa digestión. La recapitulación te saca del pasado y te inserta en el ahora.”

Fragmento de «Encuentros con el Nagual: conversaciones con Carlos Castaneda” de Armando Torres

la realidad que vives es la que imaginas

«Tres objetivos persigue esta obra. Primero, desplazar el punto focal de la conciencia de sí del lector hacia un nivel más elevado, más próximo a la Divinidad. Segundo, liberarle de las limitaciones que su mente occidental le ha puesto. Para ello se le propone manejarse con una especie de «koan» irracional: «la realidad que vives es la que imaginas».
Tercero y principal, que, consciente de suDivinidad y liberado de condicionamientos paralizantes, pueda tener un acceso mayor a la realización de sus anhelos, para lo cual deberá entregar su ayuda a su mundo objetivo (nuestro planeta) y contribuir en su perfeccionamiento.
Esto hace necesario que deje de prestar su mente para la creación del «fin del mundo» en el que tanta gente anda involucrada, colaborando en su posibilidad de realización con el sólo hecho de pensar y creer en él; no olvidemos que el temor a la depresión económica de los años treinta fue el factor decisivo que la causó.
Bueno, si tienes ganas de activar ciertas neuronas que no has utilizado jamás, ven, te invito a transitar por mágicas dimensiones de la mente.»

— «El Maravilloso Universo de la Magia», de Enrique Barrios

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«»Se supone que un hombre tiene la verdad» (Upanishads). Él está intelectualmente en paz. Todo lo que falta es realizarla. Entonces las voces gradualmente morirán en el silencio. Cada hombre necesita sólo sentarse intrépidamente recto sobre su piel de ciervo y concebir a Dios como nuestra madre eterna, que está siempre dispuesta a otorgarnos el inapreciable don de la sabiduría divina, si sólo retiramos nuestra mirada de los objetos borrosos del mundo.»
— La Voz de Babaji: Misticismo Revelado

nuestra verdadera tarea es éste viaje

fragmento del libro de Ilusiones de Richard Bach

Salto del Laja

«Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino. La corriente del río se deslizaba sobre todos sus habitantes; jóvenes y ancianos, ricos y pobres, buenos y malos y la corriente seguía su camino ajena a todo lo que no fuera su propia esencia de cristal. Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente.

Pero al fin una criatura dijo: ‘Estoy harta de asirme, aunque no lo veo con mis propios ojos, confío en que la corriente sepa hacia donde va. Me soltaré y dejaré que me lleve a donde quiera. Si continúo inmovilizada, me moriré de hastío.’ Las otras criaturas rieron y exclamaron: ‘¡Necia ! ¡Suéltate y la corriente que veneras te arrojará, revolcada y hecha pedazos contra las rocas, y morirás más rápidamente que de hastío!’

Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas. Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrarse, y entonces la corriente la alzó del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse.

Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían, clamaron: ‘¡Ved un milagro! ¡Una criatura como nosotras y sin embargo vuela! ¡Ved al Mesías que ha venido a salvarnos a todas!’. Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió: ‘No soy más Mesía que vosotras. El río se complace en alzarnos, con la condición de que nos atrevamos a soltarnos. Nuestra verdadera tarea es éste viaje, ésta aventura’.

Pero seguían gritando aún más alto: ‘¡Salvador!’, sin dejar de aferrarse a las rocas. Y cuando volvieron a levantar la vista, había desaparecido, y se quedaron solas, tejiendo leyendas acerca de un Salvador.»