COSMOLOGÍA MAYA
La cultura, la ciencia, la religión y el arte maya están basados en su relación con el Sol. Creían que sólo a través del Sol se podían comunicar con Hunab-Kú, el Dios que esta en todas partes. Para los mayas, Hunab-Kú es un organismo gigantesco que nos contiene a todos en su interior. Afirman que su corazón y su mente están en el centro de nuestra galaxia y que sólo a través del Sol se podían comunicar y dirigirse espiritualmente a él. Por eso su interés fundamental en el Sol, en Kinich-Ahau. Los mayas descubrieron, gracias a sus estudios sobre el Sol, que el Sistema Solar entero se movía. Llegaron a la conclusión de que el Universo tiene ciclos, períodos de tiempo repetitivos que comienzan y terminan como el día y la noche. Se dan cuenta que nuestro Sistema Solar se desplaza en una elipse que lo aleja y acerca al centro de la galaxia. Es decir, que el Sol y todos los planetas se mueven en ciclos en relación con Hunab-Kú, la luz central de la galaxia. Encontraron que esa elipse, ese giro completo, ese ciclo que realiza el Sistema Solar, dura 25.625 años. A este ciclo lo podemos llamar DÍA GALÁCTICO. Cuando el recorrido llega a la mitad, es decir, tras 12.800 años, estamos cerca del centro de la galaxia, de la luz, iluminados en el día de la galaxia. En la otra mitad del recorrido, los otros 12.800 años, nuestro Sistema Solar esta cada vez más lejos de la luz central, es decir, en la sombra, en la noche de la galaxia. Hay día y noche en la galaxia, sucede lo mismo que en nuestro planeta pero en una escala mucho mayor; cada día y cada noche duran 12.800 años.
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