río

fluye

Los tiempos llevan acelerado proceso…

como una cascada, el río aparenta tener un flujo continuo y calmo y, en la cortante de la caída, el agua se precipita veloz hacia una nueva dimensión en donde fluir…. cualquier resistencia al saberse en este momento es en vano.

La gota que no se sabe parte del río desconoce su amable trayectoria.

Suelta las resistencia y ofrenda la Vida al flujo que la existencia ha deparado para nuestro desarrollo…. disfruta el viaje, a ti te hablo, Eterno Espíritu pasajero de las formas.

1/1/11

espiral

1/1/11

Amanece un nuevo año,
una nueva aventura dentro del tablero cuadriculado
– en tiempo natural el ave canta como siempre,
sin aspavientos aunque sin cesar de celebrar -.
Otro ciclo y su oportunidad infinita.
Un nuevo tiempo para manifestar,
de la Vida, el gusto por participar.

Habito mi cuerpo y la bendita oportunidad del tiempo.
Experimento el saberme Vivo y me amaestro en la lucidez
para que las esperanzas no se resignen,
para que los ideales echen raíces en tierra firme,
cuan árboles, los sueños despierten al cielo
y sea siempre un placer disFrutar la abundante cosecha.

Honro el momento sagrado de Ser en donde tú también, mi espejo fiel,
compartiéndonos en armonía
con la humildad de saber lo pasajero de estar
y en gratitud, BienEstar

tu dar tu dar, salir a jugar tu dar
que sea bonito el sueño

PAZciencia

«cómo enseñar el conocimiento de la Paz
si no es por medio del buen ejemplo del Amor»

PAZciencia
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el don del silencio y la palabra

bendicion arco iris

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir despiertos.

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y la mente quietos y entonces, aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar sin temor.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”. Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.

Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces.

Extractos del libro “Ni lobo ni perro. Por senderos olvidados con un anciano indio” de Kent Nerburn.