Rebelde suspiro el que,
asomado de entre razones,
intenta la seguridad desbaratar.

Estremece con sensación al pensamiento.
Guerrillero en su consigna de emoción,
yace oculto, guarecido en algún desconocido rincón,
clandestino y prófugo del inquisidor cuestionamiento,

Trama como disuadir el mal gobierno
que retiene en silencio al corazón.
Es leal revelador de las verdades.
Confirmación del espíritu en su intento por gritar
la luz que cargan dócilmente nuestros ojos.

Deja las palabras a un lado.
Deja que el momento hable por ti.
Quizás te parezca algo extraño
que el corazón mantenga agradable sentir.

No traigas la pena a este lugar,
piérdela entre esta nueva emoción.
Cada vez que veas brillar el Sol
Recuerda que también lo hace para ti
… y sobre todo para ti.

Ten paciencia y calla al enfrentar
lo que en recuerdo ahora ha de vivir.
Toma mis palabras y algo más,
no te enredes en el aire.
Vuela… sólo vuela.

No hay más peso en tus manos,
algunas trampas ya has podido liberar.
Al tiempo no le importa si es tarde o temprano
cuando tranquilo baila con el azar.

Imagen de la artista Catherine Kleeman

Encumbro al viento mi voluntad.
En sigiloso intento, despierta por fin la verdad.
Entre la agitación, concédome aquella calma
que me permite ver siempre un poco más allá.

Vuelo lejos con mi alma.
Torpe el cuerpo da con aterrizar la gracia
que no sabiendo cautivar en su elemento,
da pronto por confundir lo bueno.

Vuelco el contenido de su forma,
porque escaso espacio hay en lo evidente.
Consigo conciliar, en remanso,
la ternura con que doy a entender las ansias.

Embestido de poderoso Amor
recorro las pruebas del misterio.
Acaricio el sueño, procurando en ello,
seducir lo sacro para que en mis días se haga luz.