La lucha de la mariposa

Un hombre en su paseo por el bosque encontró un capullo de mariposa y decidió llevarlo consigo. Un día apareció una pequeña abertura en el capullo. El se sentó a observar por varias horas como la mariposa luchaba por sacar su cuerpo a través del pequeño agujero.

Entonces pareció detenerse. Parecía haber llegado tan lejos como pudo, y no podía avanzar más.

Al verla, el hombre decidió ayudar a la mariposa. Tomó un par de tijeras y procedió a cortar lo que quedaba del capullo.

La mariposa entonces pudo salir fácilmente. Pero tenia el cuerpo hinchado y las alas pequeñas y partidas.

El hombre continuó observando la mariposa porque él esperaba que, en cualquier momento, las alas crecerían y lograrían expandirse para soportar al cuerpo el cual se contraería con el tiempo.

De hecho nada ocurrió, la mariposa paso el resto de su vida arrastrando su cuerpo hinchado con sus pequeñas alas partidas, nunca fue capaz de volar.

Lo que el hombre, en su buena intención y apuro no comprendió fue que el restringir el capullo y el esfuerzo requerido por la mariposa para salir de este, por la pequeña abertura, es la manera que emplea la madre naturaleza para forzar el fluido desde el cuerpo hasta las alas de manera que estuviera lista para volar una vez que obtuviera su libertad del capullo.

Algunas veces son justamente las dificultades lo que necesitamos en nuestras vidas. Si nuestra vida pasara sin ningún obstáculo, nos incapacitaría. No seriamos tan fuertes como podemos serlo, Nunca podríamos volar!

disfruta cada paso del camino

Vía Enlace Interior

Dime, viajero, ¿realmente sabes dónde estás yendo y tienes una idea precisa de lo que vas a necesitar? ¿O apenas una mera conjetura? Porque un día, este bolso no será más un recurso, sino una carga. No podrás levantarlo, ni podrás dejarlo atrás.
Esto es lo que pasa. La libertad está ahí. No es necesario crearla. Las cargas que nos colocamos sobre nuestros propios hombros – nadie más lo hizo, lo hicimos nosotros mismos – son las mismas cosas que nos hunden en este sendero de la vida.

... pasos en mi camino

¿Es este camino recto? ¿Es accidentado? ¿Qué clase de camino es la vida?
Déjame contarte. Algunas partes son definitivamente montañosas. Y algunas partes son sólo planas. Y algunas partes prácticamente tienen una cuesta agradable, gentil. Y algunas, demasiado inclinadas. Resbaladizas. Y no, no traigas 10 pares de zapatos. Eso no es lo que quieres hacer.
Camina. Y la clave de andar es no medir cuán rápido vas o medir cuántos kilómetros más te faltan, o cuántos has hecho. La clave de esta caminata es disfrutar cada paso que das. No uno, no dos, ni tres; sino que cada uno de los pasos que das, tienes que disfrutarlo.
Tienes que disfrutar cada momento.

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el camino

Vía Guerrero de la Luz – Paulo Coelho

Provincia de Misahuallí, selva amazónica, Ecuador - 2001

Al principio del camino hay una encrucijada. Allí puedes pararte a pensar en la dirección que vas a tomar. Pero no te quedes demasiado tiempo, o nunca saldrás de ese lugar. Hazte la clásica pregunta de Castaneda: ¿cuál de estos caminos tiene un corazón? Reflexiona lo necesario sobre las opciones que tienes delante, pero una vez que des el primer paso, olvídate definitivamente de la encrucijada, pues en caso contrario nunca dejarás de torturarte con la inútil pregunta: “¿El camino que elegí era el correcto?” Si prestaste oídos a tu corazón antes de ponerte en movimiento, escogiste sin duda el buen camino.

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afuera hace bastante frío, adentro siempre hay suficiente Sol

Hoy el invierno nos enseñó su corazón
en la simpleza de las cosas
en la sencillez de darnos un momento para disfrutar
sin nombres, sin pasado, sin diferencias
en lo que somos Uno
seres amables, jugando el efímero regalo del tiempo.

Adultos que recuerdan ser niños
Noble prueba en la que nos pilla el destino… jajAJa
Cuando de manto blanco se cubrió la acostumbrada apariencia
se descubrió el caluroso tesoro que compartimos.

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