el empleo de la habilidad

meditación

Un buen caminante no deja huellas.
Un buen orador nunca duda ni se equivoca.
Un buen calculador no necesita instrumentos de cálculo.
Un buen guardián no necesita rejas ni cerrojos, y, sin embargo, es imposible abrir lo que él cerró.

El que sabe atar no usa cuerdas ni nudos, y, sin embargo, nadie puede desatar lo que él ha unido.
Aunque el hombre obrase mal, ¿ porqué rechazarlo ?

Por éso el sabio elige ayudar a los hombres y no rechaza a ninguno.

Prefiere salvar las cosas, no rechazar ninguna.
A ésto llamamos doble entendimiento.

Luego el hombre bueno es maestro del hombre no bueno, y el hombre no bueno es su buen material.
Porque el buen maestro no tiene interés, y no tiene apego a su material, permanece oscuro a pesar de ser resplandeciente.

Este es el secreto esencial del Tao.

Lao Tse, Tao Te Ching

despiertan los chamanes

chaman

Porque el Alma sabe todo lo que necesita para su evolución y ascensión. Estas señales las recibimos por la percepción que es Instinto. Aún así las circunstancias más críticas y dolorosas, son remedio para el Alma.
En la antigüedad el hombre preservaba la vida por la familia, para que todos tuvieran la oportunidad de crecer y evolucionar. Hoy a través de la Cultura Auténtica y Ancestral, vamos al encuentro de nuestra familia espiritual, porque todos somos hermanos en la Luz del Gran Espíritu.

Chamán/Chamana es el mediador entre el mundo espiritual y el mundo material.

Su Poder fue despertado a través de un proceso de iniciación, dotándolo de virtudes sanadoras, mágicas y religiosas, por su propia Sabiduría.

Es decir con sus propios métodos, formas y remedios, lo que lo diferencia de un mago, curador o consejero, porque el puede llegar a poseer todas estas cualidades, integrándolas en sus rituales, por esto en la antigüedad a estos hombres y mujeres se los consideraba Superiores.

El Chamán/Chamana NO es el hechicero o brujo de la tribu, como se cree erróneamente. El Chaman vive en armonía con las Leyes Universales, y nada haría par alterarlas, o alterar el destino de la naturaleza.

Visto en Psicochaman.org

el don del silencio y la palabra

bendicion arco iris

Nosotros los indios sabemos del silencio. No le tenemos miedo. De hecho, para nosotros es más poderoso que las palabras.
Nuestros ancianos fueron educados en las maneras del silencio, y ellos nos transmitieron ese conocimiento a nosotros. Observa, escucha, y luego actúa, nos decían. Ésa es la manera de vivir despiertos.

Observa a los animales para ver cómo cuidan a sus crías. Observa a los ancianos para ver cómo se comportan. Observa al hombre blanco para ver qué quiere. Siempre observa primero, con corazón y la mente quietos y entonces, aprenderás. Cuando hayas observado lo suficiente, entonces podrás actuar sin temor.

Con ustedes es lo contrario. Ustedes aprenden hablando. Premian a los niños que hablan más en la escuela. En sus fiestas todos tratan de hablar. En el trabajo siempre están teniendo reuniones en las que todos interrumpen a todos, y todos hablan cinco, diez o cien veces. Y le llaman “resolver un problema”. Cuando están en una habitación y hay silencio, se ponen nerviosos. Tienen que llenar el espacio con sonidos. Así que hablan impulsivamente, incluso antes de saber lo que van a decir.

A la gente blanca le gusta discutir. Ni siquiera permiten que el otro termine una frase. Siempre interrumpen. Para los indios esto es muy irrespetuoso e incluso muy estúpido. Si tú comienzas a hablar, yo no voy a interrumpirte. Te escucharé. Quizás deje de escucharte si no me gusta lo que estás diciendo. Pero no voy a interrumpirte. Cuando termines, tomaré mi decisión sobre lo que dijiste, pero no te diré si no estoy de acuerdo, a menos que sea importante. De lo contrario, simplemente me quedaré callado y me alejaré. Me has dicho lo que necesito saber. No hay nada más que decir. Pero eso no es suficiente para la mayoría de la gente blanca.

La gente debería pensar en sus palabras como si fuesen semillas. Deberían plantarlas, y luego permitirles crecer en silencio. Nuestros ancianos nos enseñaron que la tierra siempre nos está hablando, pero que debemos guardar silencio para escucharla.

Existen muchas voces además de las nuestras. Muchas voces.

Extractos del libro “Ni lobo ni perro. Por senderos olvidados con un anciano indio” de Kent Nerburn.