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La abeja revolotea zumbando hasta tanto no se posa sobre la flor y liba la dulzura de la miel que hay en ella.

Pero, una vez dentro de la flor, gusta el néctar silenciosamente.

Mientras el hombre disputa sobre doctrinas y dogmas,
demuestra que no ha probado el néctar de la Verdad.

Una vez que lo prueba,
 se torna silencioso.

Ramakrishna

Vía Alcione.cl

Publicado en }i{, REFLEXIONES.

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