«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra»
Conceptos
Este principio explica las diferencias entre las manifestaciones de la materia, la mente y el Espíritu.
La materia y la energía no son más que el resultado de estados vibratorios diferentes. El espíritu es un extremo polar vibratorio más elevado y la materia un extremo polar vibratorio más denso. Entre ambos extremos, nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros deseos, impulsos, son estados vibratorios de frecuencias intermedias.
Nuestros pensamientos, emociones, deseos e impulsos son solamente estados vibratorios. Nuestro cuerpo físico es un conjunto de sistemas que vibran a una misma frecuencia, y la salud es solamente la armonía vibratoria de los sistemas biológicos.
En el terreno de nuestra vida personal todo gira en torno a la vibración; si estamos alegres es por una vibración positiva; la tristeza es una vibración negativa. Nuestro pensamiento nos hará ser más o menos inteligentes de acuerdo a nuestra vibración mental.
Cada persona tiene un largo de onda mental que le es propia, de acuerdo a la frecuencia vibratoria de su inteligencia; mientras más corta es la onda mental, más inteligente será el sujeto y viceversa.
Los hábitos de conducta, los estados emocionales, los pensamientos habituales, las normas morales y espirituales del individuo determinan la bondad o inconveniencia de sus estados vibratorios, lo que a su vez influye de manera decisiva en su vida cotidiana.
Las vibraciones positivas o negativas se van acumulando en el individuo y en cierto momento esta acumulación estalla por un detonante y se producen acontecimientos fastos o nefastos.
La longitud de onda habitual de una persona puede experimentar caídas vibratorias por varios motivos:
- Problemas de salud.
- Depresiones.
- Conflictos internos.
- Abulia intelectual.
- Contagios del medio ambiente, al exponerse a impactos vibratorios negativos que le impactan y despiertan ondas de calidad similar.
Observa y practica
Observación:
Efecto de la música en el estado vibratorio:
- Todos buscamos el equilibrio y armonización de nuestras vibraciones personales. Una determinada música despierta sentimientos de tristeza (por ejemplo, los sonidos del instrumento indígena de la quena), otras músicas despiertan alegría e incluso algunas pueden llegar a ser realmente perniciosas si sobrepasan unos ciertos decibelios de potencia.
- Observa el efecto que tiene la música en ti; esta es la base de la musicoterapia.
Ejercicio 1:
El poder de la palabra:
- La palabra es una emisión vibratoria de la persona. La palabra tiene fuerza y poder.
- Cuida tu palabra para que sea veraz y coherente.
- Observa el resultado en tu estado interno y en los efectos externos, al hablar de los demás de una manera positiva y constructiva, cuando lo dices de corazón.
Ejercicio 2:
Mantén un nivel vibratorio positivo:
- Cuida tu vibración: recuerda que ésta será positiva si tus pensamientos, tus emociones y tus actitudes y acciones también lo son.
- Relaciona tu estado vibratorio con las cosas que te suceden: recuerda que si cambias positivamente la actitud, la emoción y el pensamiento, emitirás dichas vibraciones a tu alrededor, y por correspondencia recibirás algo equivalente desde el exterior.
- Mantén tu estado vibratorio: a veces experimentamos caídas vibratorias por contagios desde el exterior. Descubre cómo te afecta la relación con los demás y los lugares que frecuentas. Si te es posible evita contactarte con lo que te perjudica, y en todo caso, recuerda que una forma de protegerte es mantener de forma consciente siempre alta tu vibración.