La muerte de Osho fue noticia internacional de las agencias cablegráficas que hacían notar un dato curioso: el críptico epitafio grabado en la tumba que guarda sus cenizas había sido escrito por el propio maestro pocos días antes de morir:
Osho nunca nació, nunca murió, solamente visito el planeta Tierra entre el 11 de diciembre de 1931 y el 19 de enero de 1990.
Antes de su muerte, le preguntaron que pasaría cuando se fuera. Respondió:
«Si hay algo de verdad en lo que he dicho, sobrevivirá. La gente interesada en mi trabajo llevará la antorcha, sin imponer nada a nadie… Deseo que no olviden el Amor, porque si no es sobre él no se puede fundar iglesia alguna. La conciencia no es monopolio de nadie, igual la celebración, el regocijo y la mirada inocente de un niño… Conózcanse a sí mismos pues el camino es hacia adentro».
Estimados amigos:
Comparto con Ustedes el siguiente link acerca de la visión de Osho:
Visión de Osho
Afectuosamente,
Gonzalo