Comentario escrito en el blog de Hada Saltarina
He aprendido a meditar, casi sin quererlo. Las circunstancia me llevaron a hacerlo, las mágicas y merecidas circunstancias que me empujaron a las bendiciones que por mi esperaban y que aguardan por todo el que desee tomarlas.
Salir del hipnótico bullicio para encontrar aquel sabio silencio, aquel que habla con humilde e inequívoca verdad. Que otorga paz, armonía, alegría y templanza para manifestar parte de nuestra divina condición, para dar pasos con poder y convicción y hacer de nuestro trayecto el propio intento. Aquel silencio que nos permite escuchar y comprender nuestra particular individualidad, tomar consciencia de nuestro potencial y así Uno participar del Todo, con mayor plenitud.
Cuando se ha probado algo del exquisito sabor de nuestra divina presencia, se hace imprescindible cuidar de nuestro estado de consciencia y la meditación es el vehículo que nos transporta a donde se desvanecen los espejismos y nos sinceramos con la existencia.
El querer es poder y así podemos procurarnos estados meditativos con la frecuencia que deseemos, entregándonos por completo a lo que hacemos, ocupándonos del momento presente, el que nos requiere y en donde nos es posible manifestar todo nuestro poder (potencial para hacer). No hay más tiempo que el aquí y ahora, ni responsabilidad por juzgar que la personal. No hay mejor manera de hacer que no sea amando.
si no soy YO ¿quién? si no es AHORA ¿cuándo? si no es AMANDO ¿cómo? / YO AHORA AMANDO
Para meditar sólo basta ser respetuoso y cariñoso con el proceso personal. Las técnicas y métodos los considero como guiños en el camino que bien pueden ser considerados, pero también pueden ser perfectamente reemplazados por la aventura personal de descubrimiento.
Si la búsqueda es sincera, no hay duda que habrá encuentro. Lo importante es dar los pasos necesarios para aventurarse y poder silenciar aquella mente que nos impide avanzar con sus argumentos de desazón «Yo no puedo», «Esto es para expertos Yoguis», «Esto es aburrido», «Pierdo el tiempo» o cuanto otro, ya que para levantar excusas somos expertos.
Osho, considerando la poca disponibilidad para meditar, propone lo que él llama como «Meditaciones Activas«, y es poder buscar aquella calma interior en las acciones habituales, en el deporte, en el caminar, al danzar… compenetrarnos con lo que hacemos, siendo uno en ello, siendo totales.
Un ejercicio recomendable es el de reducir la velocidad de nuestras acciones, implicando en ello nuestra respiración (que sea abdominal, llenando el vientre sin forzarle). Caminar como si fuéramos a otro tiempo que la «película» exterior, algo así como hacer Tai Chi. Acomodando nuestro cuerpo para sentirnos confortables, holgados, relajados, dejando las tensiones y preocupaciones de lado, que sea un rato. No hay excusa para no meditar.
El ritmo de la vida que llevamos, nos conduce de forma infalible a extraviar nuestro norte individual, el agetreo en que se conduce el rebaño, alineándonos con los intereses externos, impidiendo mantener contacto con nuestro centro, exigiéndonos nuestro tiempo y mente en lo que son preocupaciones, por lo general, vanas.
No te preocupes amig@… OCUPATE!
… y eso es Aquí y Ahora.
No hay pasado, se fué. No hay futuro, ya viene y éste sólo será reflejo de lo que en este momento siembres.
Meditar es tomar las riendas de nuestra persona, es conectar con la atemporalidad que rige la existencia, es empoderarse de nuestro motor creador, nuestra mente.
Revisa que pasa por tu mente ¿hay mayor felicidad o tristeza?… tal vez sea bueno meditar… amate a ti mismo, sólo así luego podrás amar a tu prójimo.
«Quien controla tu tiempo controla tu mente » (José Argüelles)
gusto en SALUDarte
namaste
Gracias por esta ampliación y por la mención que haces. Un saludo