A mi niña le gusta bailar en colores.
Le gusta tanto reír con las flores y vestirse de amores.
Ella se baña en las aguas de la profunda paciencia
jugando a capear las revoltosas olas que tribulan su inocencia.
A mi niña le encanta comer nubes
y hacer del cielo la morada de sus sueños e ilusiones.
Se empecina en encenderles como faros por la noche,
luego las recoge y en un sol las potencia.
Por todo, a mi niña, le da por hacer fiesta,
celebrando en abundante alegría la bondad de su presencia.
Mi niña no pierde el tiempo en donde no se le anima
a enarbolar corazones por sobre obtusas razones.
A mi niña querida le doy mis saludos,
a la vida que goza de sabernos vivos.
A mi niña… la vida
2007