Ni la ciencia, ni la política,
ni la tecnología, ni la medicina,
ni la economía, ni la religión,
ni ninguna ideología ni creencia
va a dar con resolver el gran problema,
o bien desafío, de la humanidad…
pues éste sólo podrá cubrirse
en el mismo espacio que le genera
… la Consciencia.
Nadie podrá hacer tu parte.
Que la vida no te pille varado
en aquellas playas que sólo prometen brindarte un mejor viaje, manteniéndote atado a la mediocridad de tantos muelles que desconocen la verdadera aventura de la Libertad.
Y si bien sus efectos puedan ser siempre gratos para todos,
será siempre un error perseguir los efectos
mientras se posterga la titánica y maravillosa responsabilidad
de reconocer y asumir ser Causa.
Podrán contarse los más bellos cuentos acerca del Espíritu,
pero sólo tú, con dedicada Atención,
podrás experimentar su vuelo.
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La espiritualidad promueve el ordenamiento con nuestras esferas de realzación que integran la esencia fundamental de la Totalidad, el Espíritu. Es un conducto para poner en orden lo que no lo está. De ahí el empleo de ceremonias y ritos que promueven darle rectitud a lo que está chueco (rito=rictus=recto). Si éstas no cumplen con tal propósito, serán mero placebo para distraer la responsabilidad real.
¿Y qué no está en orden? Pues nuestra mente que nos aparta de la posibilidad al interponer creencias e incredulidad a la vivencia y apartarnos de la experiencia directa y viva, propia del Espíritu.
∴ Paz, Amor y Realización a todos los Seres