paraíso

Para habitar el Paraíso
de nada sirve sostener rivalidades,
enfrentamientos paradigmáticos u otros
que sólo fortalecen la dualidad de opuestos,
conflicto fundamental de la creación de mundos cuan trincheras en que nos separamos.

Para habitar el Paraíso hay que estar en éste.
¿Y cómo es éste?
¿Qué nos propone?

… por una cuestión de propósito y acierto…
sugiero dejar a un lado los caminos de la búsqueda,
mas, para animar la aventura por los del re·encuentro.
— sólo podemos anhelar aquello que conocemos —

El mundo se sostiene en base a la ilusión de carencia,
por la que tantos se esmeran por cubrir con su trabajo,
recreando la farsa de tanta necesidad siempre insatisfecha.

El Paraíso común será aquella realidad que se sostiene
por la mutua convergencia y justa participación
al dar lo que sea correspondiente a cada momento,
pues en ello le realizamos, puesto que en él nos realizamos.

El Paraíso es aquel lugar de libertad abundante
dispuesto a una mente ampliamente receptiva
como para tener el don de concebirle.
¿Poseemos tal libertad en nuestra mente?
¿Tenemos el Poder de concebir un Paraíso?

Sin su concepción, difícilmente podrá habitársele,
pues otra será la realidad que, en nuestra mente,
estará tomando nuestra fuerza, nuestra energía vital,
concibiéndola (dándole vida) una y otra vez.

Vele cada uno
— guardiana, guardián —
por los jardines o pantanos que habita en sus pensamientos.
Si hay que desmalezar, hacerlo sin compasión
y que el don de Amor guíe la osadía
para trascender las macetas donde
se ha dado a condicionar nuestra naturaleza
— natural·realeza —

«Somos lo que Creamos que Somos»
… y mientras menos creo,
más siento aquella realidad sustancial e imperecedera
sobre la que se han alzado tantas arrebatadas ilusiones.

El ego se precipita en crear mundos en donde justificar su existencia.
El Alma, aliada del Espíritu, se interna por los caminos de la confianza y la Fe,
recordando que todo es Espíritu, y que todo está dispuesto para la realización de su Consciencia.

Somos la Tierra, Somos el Paraíso
#SomosPaz

Juntos Somos Todos
Mente Universal
Corazón Cósmico

… no te conformes nunca con menos…

AUM!

co-herencia

Sólo en la coherencia de nuestros pasos es que avanzamos
… para allá por allá »—›
no te conformes con menos.
No basta la bonita palabra
si la acción contradice lo dicho.

De profesores (quienes profesan)
está tan lleno como de orgullosos “conocimientos” como para recrearles.

Entre lo dicho y lo hecho… acorta su trecho
a lo dicho pecho… corazón y voluntad

Se precisa de maestros que, en su ejemplo vivo,
muestren el valor de su saber.

Acecho!
… recuerdan los ancestros.

Atento a las consecuencias de tus actos
Aligera el pensamiento…
ponle plumas a tu cabeza, para que vuelen alto tus Sueños.
Silencia la palabra… di lo justo y correcto
… no digas nada menos bello que el silencio…
por tus frutos… pues, disfrutarás.

No te restes experiencia
la práctica hace al maestro
y las palabras, si no son pa’ labrar
¿pa’ qué entonces?

Agradezco todo amable consejo.
Todo recuerdo trascendido en el tiempo
en cada palabra sagrada acuñada con dedicada atención,
aventurada en servir de guía a quien viera el contenido tras su contenedor.

«Hablamos con los que puedan oír,
señalamos a quienes puedan ver.
Tú decides siempre poder hacerlo.»

El camino sea de re-encuentro,
y, antes que la búsqueda se vuelva ansiedad,
somos Paz en lo cierto de hallar aquello que se creyó carencia
cuando estaba justo ahí
en el Corazón del corazón
En la Unidad… somos el encuentro.

AUM!

ego

El miedo va cubriendo sus carencias,
aquellos vacíos que el ego cree tener
y que teme sean descubiertos por otros egos.

El ego está en lucha, en resistencia, en defensa,
pues cree que puede ser destruido, muerto
…. no está en Paz.
No puede ni podrá, pues en sí es conflicto.

Es neurótico hacedor y no descansa, ni incluso durmiendo.

El temor hace del ego un ansioso parlanchín,
un personaje que sostiene su posibilidad
en la recreación de su propia historia,
por medio de palabras y acciones,
tendiendo al caos, al ruido, al desorden.

El ego sólo se hace posible mediante el temor,
pues a partir de éste es que se reconoce
como algo distinto a todo un universo
del que se quiere identificar distintamente al no sentirse parte.
Y lo que le es afín lo es por apego,
sólo una parcialidad de la realidad sumada a su sentido de pertenencia y posesión
… mío, dirá con propiedad, sin ni siquiera éste ser propio.

El ego cree ser la externalidad del Ser,
la ilusión del cuerpo, de las emociones, de la mente
… y les defiende, tanto apasionada como vanamente,
pues el Ser trasciende todas sus proyecciones,
las que están en constante mutación si nos fijamos en ello.

La atención perceptual del ego
estará centrada en hallar el alimento para sus creencias,
en encontrar justificación para mantener viva sus ilusiones.

El ego tiene que hacer mucho para mantenerse en pie.
El “deber ser” es su premisa, pues, a toda costa, quiere ser
y por ello está dispuesto a someterse a la ilusión de la deuda que contrajo con sus fantasías.
Se recrea en la acción, pues es ahí cuando se experimenta como posibilidad.

El Ser es Espíritu
… es Alma en la experiencia,
o se olvida en ego por el arrebato de la ilusión.

El Espíritu es expresión
… velado tras las manifestaciones del cuerpo,
las emociones, la mente.

Ninguna palabra podrá interpretar fielmente al Espíritu,
pues es imposible atribuir su experiencia a la mera palabra
… su naturaleza es Silenciosa y Quieta,
desde donde celebra su Canto y su Danza
y se revela la verdad tras la ilusión de lo que ha movido
y de lo que se ha jactado y atribuido el ego.

påz

eternidad

«»Voy a decirte quizás el mayor trozo de conocimiento que nadie puede expresar,» dijo don Juan. «Permíteme ver lo que puedes hacer con él». «¿Sabes que en este momento estás rodeado por la eternidad?» «¿Y sabes que puedes utilizar esta eternidad, si lo deseas?». «¡Ahí! ¡La eternidad está ahí!» dijo señalando el horizonte. Luego, señalando al cenit. «O allí, o tal vez podemos decir que la eternidad es como esto». Extendió ambos brazos para señalar el este y el oeste. «¿Sabes que puedes extenderte para siempre en cualquiera de las direcciones que he señalado», continuó. «¿Sabes que este momento puede ser la eternidad? Esto no es un acertijo; es un hecho. Pero solo si aumentas este momento y lo usas para tomar la totalidad de ti mismo para siempre en cualquier dirección»».
— Don Juan Matus, Sabiduría Tolteca
Fragmento del texto «Relatos de Poder» de Carlos Castaneda