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«»Se supone que un hombre tiene la verdad» (Upanishads). Él está intelectualmente en paz. Todo lo que falta es realizarla. Entonces las voces gradualmente morirán en el silencio. Cada hombre necesita sólo sentarse intrépidamente recto sobre su piel de ciervo y concebir a Dios como nuestra madre eterna, que está siempre dispuesta a otorgarnos el inapreciable don de la sabiduría divina, si sólo retiramos nuestra mirada de los objetos borrosos del mundo.»
— La Voz de Babaji: Misticismo Revelado

Sin-ser-la-mente

Una pregunta sería responsable de ti hacerte.
Una pregunta para no responder sin antes detenerse a considerar su profundidad.

¿Serás capaz de responder sinceramente?
… Sin-ser-la-mente…
puesto que ésta sólo sabrá contestar de acuerdo a su particular domesticación,
sólo dará evidencia del temor que ha logrado permear nuestra mente llenándole de preocupaciones fútiles.

Necesidades innecesarias que seguirán sirviendo de anteojeras por donde filtramos nuestra visión, tiñendo la realidad con su programa instaurado.

Esta respuesta sólo podrás concebirla dándote cariñoso tiempo,
para ampliarse desde ti la noción que yace en la totalidad de la Vida,
pues es una respuesta integrativa por su naturaleza.

El arriba y el abajo se dan encuentro en un lugar… justo al medio,
y es ahí que se da la oportunidad de comprensión,
en nuestro centro de razón conjunta,
el centro no dual que, como a diferencia de la mente, partidista como la tendencia de sus hemisferios derecho/izquierdo,
es sentidamente integrativa.

Ese centro, justo en medio del arriba y abajo, de lo sutil y lo denso
– tres centros energéticos por sobre, tres por debajo –
es el Co-Razón
desde donde podemos equilibrar la experiencia
y de lo bueno y malo de nuestra carta de navegación para la conciencia,
hacer un camino, una amable senda para conducir los pasos.

Y bueno… te invito a recordar (pasar por el corazón)
¿Qué es para ti la felicidad?

Osa dar respuesta y concebir el propósito que pueda iluminar tu Vida,
brindándote un poderoso don de discernimiento para el bienEstar de tu pasantía por esta dimensión donde Ser.

Que sea amable el viaje por tu porción del infinito
un abrazo fræterno al corazón del Corazón

por el don de la vida

Nuestro juicio no resuelve las cosas.
Nuestro sentido crítico, dirigido a buscar responsabilidades ajenas,
nos hace obviar nuestra propia responsabilidad
de Amar ante toda circunstancia,
puesto que Amando se señalan posibles rumbos que antes no habíamos sido capaces o atrevido a reconocer para asumir.

«Perdónalos, porque no saben lo que hacen»
es un exclamación muy justa, pues de seguro que de saber, distinto sería el panorama,
sería más frecuente la impecabilidad en el actuar o la corrección.

Quien sepa, asuma su responsabilidad y comparta con amor,
puesto que de otro modo es competir y, por lo paradójico, nadie gana.

«No hagáis juicio» dijo quien para muchos es meritorio de confianza.
Y bien haremos en no hacerlo cuando en ello sólo fijamos la realidad,
determinando que las cosas sean esto o aquello
y el flujo de la naturaleza – esencialmente energética –, como una instantánea,
densifica la posibilidad, posibilitando los imposibiles.

«Perdónalos»… (per-done: por el don)
Concédeles el regalo de tu elevada intención hacia la libertad y el bienestar del Amor
Que se haga la voluntad divina ante todo,
antes que se hagan realidad los pensamientos de nuestra pequeña mente prejuiciosa,
temerosa en su ignorancia.

Que se liberen los Seres, que la Vida sea rebosante en su esplendor en cada corazón.
Por el Don (perdón) Original con que la existencia nos privilegió.

Potencialidad Creativa: Conciencia Plenamente Humana

No todos debiesen seguir alguna línea determinada: ser o hacer esto o lo otro.
Dar las cosas por sentado abre la puerta ingenuamente al falso sentido del deber, y a la consecuente alienación de los individuos.

No debemos nada a nadie ni a nada.
Ni al mismísimo Dios, a quien contradiríamos cuando nos dotó de Libre Albedrío.

El falso sentido de deber viene aparejado con el falso juicio de moral. La culpa, el fracaso, lo malo, lo vergonzoso, el «no soy bueno», etc., son ilusiones recreadas por la ignorancia.

Así, por ejemplo, no todos debiesen tener hijos.
El imperativo biológico en nuestra condición animal
debiese estar supeditado al dominio de conciencia plenamente humano.
Mientras esto no suceda, serán los instintos quienes gobiernen.

Pero ahí va la humanidad reproduciéndose sin más, y si observan, esto sucede acentuadamente en condiciones sociales menos aventajadas, donde el acceso a la cultura y formación personal son cosas algo distante, como, y a razón de lo mismo, las bases para la posibilidad de desarrollar la Conciencia, respondiendo gran parte de la población a los instintos primitivos del animal humano.

Como dato agregado a esto mismo es que se observe un aumento de engendramiento en situaciones de conflicto y crisis, así lo atestiguan los indices en poblaciones en situación de guerra.
¿Esto por qué razón?

El animal humano, como agente biológico, trae en sí el «programa» de perpetuarse en el tiempo, y ante situaciones críticas, en donde se enfrenta a la noción instintiva de la posibilidad de peligrar la especie, el «programa» se activa con la consecuente conducta procreativa. Pero esto sucederá de manera bastante inconsciente, aunque a muchos cueste asumir que engendran sin previa consideración, más llevados por el impulso sexual. Ojo, ni mal ni bien, sólo hago constatación de hecho ¿de acuerdo?

Y vuelvo a reiterar.
No todos debiesen tener hijos.
Como no todos debiese ser políticos, artistas, clarividentes u otra posibilidad.
Pues bien, son todas siempre posibilidades de nuestro Potencial Creativo a escoger por libre deliberación personal, por lo que así como no debemos hacer nada, determinado por el común denominador, tampoco debiésemos privarnos de alguna posibilidad por la la misma razón de que el común denominador no lo haga.

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